Todo el mundo experimenta estrés a lo largo de su vida. Para un niño pequeño, el estrés puede ser el nerviosismo del primer día de colegio. Para un estudiante universitario, el estrés puede venir de los exámenes o tareas que se avecinan. El estrés en personas mayores puede deberse a cosas como la inminente jubilación, vivir con unos ingresos fijos o la aparición de problemas médicos.
Pero no todo el estrés es igual. Aunque una cierta cantidad de estrés es saludable, un exceso de estrés o padecerlo durante demasiado tiempo no lo es.
El estrés crónico o prolongado no es bueno para nadie, pero las personas mayores pueden ser incluso más vulnerables a sus efectos sobre la salud.
La duración del estrés, el control que se tiene sobre el estrés, cómo se siente o se percibe el estrés y si hay una recompensa al final son los factores principales que diferencian el estrés bueno del estrés malo.
¿Qué es el estrés?
La Organización Mundial de la Salud define el estrés como «un estado de preocupación o tensión mental causado por una situación difícil». Es la respuesta natural de su cuerpo a las exigencias de la vida.
Si alguna vez se ha encontrado en una situación estresante en la que ha notado que el corazón le latía con fuerza, los músculos se le tensaban, respiraba deprisa o empezaba a sudar, probablemente tenga que agradecérselo al mecanismo de supervivencia «lucha o huye», una respuesta al estrés que se produce cuando el cuerpo percibe que está en peligro.
Este mecanismo evolucionó para ayudar a los seres humanos y a otros mamíferos a reaccionar con rapidez en situaciones peligrosas o que ponen en peligro la vida. Pero si el organismo responde repetidamente a factores estresantes que no suponen una amenaza para la vida como si lo fueran, puede plantear problemas de salud.
- El estrés agudo: es un estrés a corto plazo que tiende a desaparecer una vez superada la situación. Puede deberse a situaciones como un atasco o una discusión aislada con un ser querido.
- El estrés crónico es un estrés constante a largo plazo. Hay muchas razones por las que la gente experimenta estrés crónico. Si tienes una relación conflictiva y discutes todos los días, por ejemplo, ese estrés agudo puede convertirse en crónico.
Síntomas del estrés
Los síntomas del estrés pueden manifestarse física y emocionalmente.
Algunas señales de advertencia del estrés crónico son:
- Dolores de cabeza frecuentes
- Cambios en el apetito
- Palpitaciones
- Malestar estomacal
- Poca energía
- Depresión
- Falta de concentración
- Sensación de agitación o agobio
Cómo afecta el estrés a las personas mayores
Múltiples estudios han indicado que los adultos mayores pueden manejar mejor el estrés agudo que sus homólogos más jóvenes.
Una encuesta de la Universidad de Michigan realizada en 2021 -justo en el corazón de la pandemia de COVID-19- reveló que dos de cada tres adultos estadounidenses de entre 50 y 80 años calificaban su salud mental de muy buena o excelente; también afirmaban que su salud mental era tan buena, si no mejor, que hace 20 años. Los investigadores atribuyeron estos resultados a la experiencia vital, la sabiduría y la resiliencia.
Otra encuesta realizada a casi 1.200 adultos de entre 18 y 90 años en Estados Unidos reveló que la edad avanzada se asociaba con menos estrés y depresión a lo largo de la pandemia, y sugería que los adultos mayores tienen más resiliencia que los jóvenes ante los acontecimientos estresantes. Todo ello a pesar de que la pandemia de COVID-19 afectó de forma desproporcionada a los adultos mayores.
Al mismo tiempo, los mayores pueden ser especialmente vulnerables a los efectos sobre la salud del estrés crónico.
Durante la respuesta al estrés, el cerebro bombea cortisol, la hormona del estrés, para ayudar a responder rápidamente a una amenaza percibida. Sin embargo, según un estudio publicado en The American Journal of Geriatric Psychiatry, los niveles elevados de cortisol en las personas mayores también pueden aumentar el estrés, disminuir el rendimiento cognitivo y afectar negativamente a estructuras cerebrales relacionadas con la memoria, como el hipocampo.
El aumento de cortisol es mayor en los adultos mayores y tarda más en volver a los niveles normales.
La AARP también señala que el cortisol puede afectar más a los adultos mayores, aumentando la inflamación y afectando a la capacidad física. Otros estudios han descubierto que el estrés crónico que provoca altos niveles de cortisol puede causar aumentos del colesterol, los triglicéridos, el azúcar en sangre y la presión arterial, todos ellos factores de riesgo de enfermedades cardiacas.
Los niveles elevados de cortisol también se han relacionado con problemas de memoria. Aunque las pruebas actuales no concluyen que el estrés por sí solo cause demencia, puede ser un factor en su progresión.
Causas del estrés en las personas mayores
Hay muchas razones por las que la gente se estresa.
Algunas causas comunes de estrés crónico en los mayores incluyen:
- Responsabilidades de cuidado de los nietos, haciendo las funciones de una niñera.
- Afecciones o enfermedades crónicas.
- Deterioro cognitivo.
- Inseguridad económica.
- Soledad o aislamiento social
- Grandes cambios en la vida, como la jubilación.
- Duelo o pérdida.
- Mudanza.
Estrés y Anorexia
La pérdida de un ser querido, el aislamiento social, problemas financieros o cambios en la salud física son factores estresantes que pueden dar lugar a la aparición de problemas físicos como la anorexia.
El estrés crónico puede alterar el equilibrio hormonal y afectar la producción de serotonina, un neurotransmisor que regula el apetito y el estado de ánimo. Esto puede conducir a una disminución del apetito y una pérdida de interés en la comida, síntomas característicos de la anorexia en adultos mayores.
Por supuesto, las personas no reaccionan de la misma manera ante los posibles factores estresantes.
Incluso si algo no es estresante para usted, podría serlo para otra persona. E incluso los pequeños factores estresantes pueden acumularse y convertirse en grandes si no se abordan.
Consejos para aliviar el estrés en personas mayores
Si te sientes estresado y abrumado por la vida, sigue los siguientes consejos para intentar reducirlo.
Mueve el cuerpo
Hacer ejercicio con regularidad no sólo es importante para la salud física, también es importante para la mente.
El ejercicio libera endorfinas que te hacen sentir bien y reduce el nivel de hormonas del estrés, como el cortisol. Y la rutina de ejercicio no tiene por qué ser intensa para ser valiosa. «Puede ser algo sencillo, como dar un paseo por el edificio. Dar un par de pasos más en lugar de limitarte a subir y bajar de tu habitación al comedor [o a la cocina]» puede tener un efecto positivo.
Sigue una dieta equilibrada
Es fácil recurrir a alimentos reconfortantes y poco saludables cuando te sientes estresado, pero probablemente sea mejor no dejar que se convierta en un hábito diario.
Llevar una dieta sana y equilibrada ayuda a proporcionar al cuerpo el combustible que necesita para superar el estrés. Según Harvard Health, ciertos alimentos, como las grasas omega-3 (presentes en pescados grasos, frutos secos y aceites vegetales) y las verduras, podrían ayudar a regular los niveles de cortisol.
Priorizar el sueño
Dormir bien es importante para conservar la salud física y mental y mantener bajos los niveles de estrés. Dormir mal o mal con regularidad puede afectar al estado de ánimo y a la sensación general de bienestar.
Las investigaciones han relacionado la falta de sueño con niveles elevados de cortisol, que pueden tener otros efectos negativos en el organismo.
Considera la posibilidad de tener un animal de compañía
En una encuesta sobre envejecimiento saludable, la mayoría de los propietarios de mascotas de entre 50 y 80 años afirman que sus mascotas reducen el estrés y les ayudan a disfrutar de la vida.
Por su parte, la Asociación Americana del Corazón afirma que las mascotas pueden ayudarle a ser más activo y a sentirse menos solo. Aunque los beneficios de las mascotas para la salud de las personas mayores son innegables, es importante considerar qué mascota, si la hay, se adapta a su estilo de vida antes de lanzarse a tener una.
Apóyate en tu red social
Las investigaciones han demostrado que las personas con altos niveles de apoyo social tienden a ser más resistentes en situaciones de estrés.
Reducir el estrés es una de las muchas ventajas de mantener una red social en la edad adulta, pero puede resultar difícil ampliarla. Si no tienes una red social en la que apoyarse, nuestra entrada del blog sobre cómo hacer nuevos amigos puede darle algunos buenos consejos sobre cómo ampliarla.
¿Está preparado para un estilo de vida sin estrés?
Existen comunidades de asistencia a domicilio para personas mayores como Atès a Casa que ayudan a controlar el estrés mediante una alimentación nutritiva, programas regulares de ejercicio físico y un compromiso con el apoyo y la participación social. También eliminan las molestias de ser propietario de una vivienda, como el mantenimiento del jardín, la retirada de la nieve y las reparaciones imprevistas.